NUESTRO PASO POR EL PATRÓN MEJÍA

“Si me preguntan quién soy les diré que soy Mejía, nacido en cualquier escuela y criado en esta casa”.
Es una mezcla de emociones la que sienten los estudiantes de sextos cursos por superar este escalón más, este último escalón en el “Coloso de la Vargas”, muchos sienten alegría, entusiasmo y las ganas de vivir al máximo estos momentos que quedan en el colegio, esa esperanza de recibir el título de bachiller de la República del Ecuador graduado en el glorioso Instituto Nacional “Mejía” y salir al mundo con el recuerdo de ese hogar que le dio todos esos conocimientos y que le enseñó a ser un joven de criterio, pero muchos de ellos saben que no quieren abandonar esas aulas, aquellas que lo vieron crecer, que les enseñó todo lo que saben, pero lo que les toca es lanzarse al mundo mirando al futuro, pero sin olvidar el pasado, sin olvidarse de sus primeros días en el colegio, recordando como vivieron su cachorreo, viviendo minuto a minuto las actividades del plantel, cuando aprendieron las notas del glorioso himno al instituto y con la gallardía al gritar “Toda la vida por el Mejía, hasta la muerte por el Mejía; ayer hoy y siempre Patrón Mejía”, sin pensar que esas palabras las iban a tener en la mente y en el corazón por el resto de su vida y no pueden faltar aquellas veces que salimos a las calles a luchar por un pensamiento, a luchar por esos ideales, las veces que salimos a alentar a nuestro colegio, a la gloriosa Banda de Guerra que sin lugar a dudas es lo que más nos llevamos en nuestro corazón, todo esto que hemos vivido en el plantel ha sido inolvidable y nuestro anhelo es siempre verle al Mejía primero como siempre ha sido “el primero entre los más grandes y el más grande entre los primeros”.
Y lo único que nos queda es dar gracias a nuestro colegio, a nuestro hogar, a ese pedazo de nuestro corazón que nos ha dado la hospitalidad, que nos ha dado todo para llegar a este lugar, agradecer a los maestros de la institución que nos han guiado, que nos han dado el empujoncito para estar donde estamos. Y nos vamos sabiendo que esta histórica institución siempre estará presente en nuestro corazón y que jamás la olvidaremos.

Andrés Del Hierro A.