ÓRGANO DE DIFUSIÓN ELECTRÓNICO DEL INSTITUTO NACIONAL MEJÍA

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CULTURA









Con patriotismo alcanzamos 
LIBERTAD
 El 10 de Agosto del 2009 recordamos con entusiasmo y nostalgia aquella gesta heroica de hace 200 años, cuando en nuestro Quito nació el primer sentimiento y acción rebelde de toda América Latina para recuperar la Libertad. Es necesario recordar como sucedieron los hechos para reconocer que de esta lucha patriótica, donde participaron hombres de estirpe valiente, surgió la figura de nuestro patrono como uno de los precursores de esta forja libertaria.
Es así que los criollos manejaban su feroz sentimiento bajo una consigna: “libertad o muerte” Así decían los emblemas patriotas, demostrando el único camino del pueblo quiteño en tiempos de dominación española. En una época de predominio ibérico aflora en un indio quiteño, Eugenio Espejo, el espíritu libre, quien infunde sus ideas independentistas por medio de su periódico “Primicias de la cultura de Quito”. Conjuntamente con José Mejía Lequerica, forjadores de la nacionalidad ecuatoriana, plasmaron el germen rebelde en muchos criollos, quienes decidieron tomar la batuta para continuar con un ideal de prosperidad futura.
En este hecho se destacan nombres de ciudadanos geniales como  Juan de Dios Morales, Manuel Quiroga, Manuela Cañizares, Juan de Salinas, quienes entre otros patriotas soñaron con romper las cadenas de opresión española mantenidas en el poder por 274 años. Después de un corto período de preparación y aprovechando la descomposición de España frente a la ocupación napoleónica, ellos decidieron recuperar su libertad.
Tras algunos titubeos iniciales, la conspiración patriota empezó en la reunión de la noche del 9 de agosto, en la casa de la heroína genuina, Manuela Cañizares. Se resolvió  deponer a las autoridades y en su lugar formar una Junta Suprema que sea criolla.
Rayaba el alba del viernes 10 de agosto de 1810. Antonio Ante se dirigió directamente al Palacio de Gobierno llevando al Conde Ruiz de Castilla la decisión de la Junta de deponer a las autoridades españolas con él a la cabeza y establecer la Junta Suprema. Pero fue el Manifiesto al Pueblo de Quito donde se expresó el verdadero sentido de la acción. Este decía lo siguiente: “Un pueblo que conoce sus derechos, que para defender su libertad e independencia está con las armas en la mano, resuelto a morir o vencer”. Este  escrito elevó el afán de liberación de esta fiereza ibérica.
El 16 de agosto, la Junta Soberana convocó al pueblo de Quito a reunirse, aglutinamiento donde solo se respiró un aire de libertad, independencia y substracción de la dominación española. Así fue elegido Juan Pío Montúfar “Marqués de Selva Alegre” como primer presidente criollo. Pero no supo esbozar una idea política definida.
Los barrios populares apoyaron el pronunciamiento, pero el bloque social que respaldaba la Junta, pronto se debilitó por la traición de los aristócratas criollos. Esto junto con el aislamiento de Quito, trajo la derrota del movimiento y la prisión de sus dirigentes.
Un año después, el 2 de Agosto de 1810 son infamemente asesinados la mayoría de los héroes independentistas. Su sangre cubrió de indignación a la Patria y significó un monumento a la gloria quiteña.
Pero la acción heroica dejó sembrado los cimientos para la posterior batalla de independencia final, convirtiendo a Quito en luz que iluminó a todos los pueblos latinoamericanos para defender sus derechos y buscar la eliminación de yugos opresores.
Este ejemplo se vuelve imperativo de Patria y actualmente los ecuatorianos, sin desmayos ni treguas debemos buscar la segunda, verdadera y definitiva independencia, aquella que nos libere de esas cadenas invisibles que mantiene a los pueblos latinoamericanos bajo la dominación imperialista de carácter político, económico y cultural de la comunidad norteamericana y europea. Rescatar nuestra identidad en toda la pluralidad de sus formas sería la verdadera revolución en el mundo actual. Es así que este Bicentenario glorioso, de júbilo y de patriótico entusiasmo se grabe y perpetúe en todo corazón ecuatoriano.
Ésta es la exaltación simbólica con la que el Patrón Mejía levanta un monumento al heroísmo nacional, sobre el suelo regado con su sangre, para que nos recuerde a cada paso, que debemos imitar las virtudes de los libertadores hasta el martirio.
Compañeros Mejías hemos tributado ya el homenaje debido a nuestros augustos padres Trabajemos ahora sin descanso para que la República se muestre siempre digna de ellos y de su gloria… ¡¡¡VIVA LA LIBERTAD!!!

Iván Ruiz.

PRESENTES EN LA CULTURA


La Casa de la Cultura ecuatoriana realiza siempre una serie de eventos, a los cuales el Instituto Nacional Mejía ha tenido el gran honor de asistir. Eventos de mucho interés para los jóvenes que cuentan con la participación de notables artistas que se educaron en nuestro glorioso Instituto. Entre estos tenemos a Oswaldo Muñoz Mariño y Alfonso Murriagui.
El año pasado, el Colegio Mejía participó en un acto que tuvo la presencia de  Jorge Enrique Adoum, prestigioso escritor, ensayista y diplomático ecuatoriano. Tenemos el honor de decir que él también fue un Mejía, educado en nuestras aulas. Escribió importantes obras como la novela “Entre Marks y una mujer desnuda”.
El Mejía acudió al lanzamiento de los libros “Croquis 1 y Croquis 2” de Oswaldo Muñoz Mariño y a la inauguración de  la exposición pictórica: una serie de cuadros que representan a las principales ciudades nombradas como Patrimonios de la Humanidad.
La UNESCO ha reconocido a Oswaldo Muñoz Mariño, como el mejor acuarelista del mundo gracias a sus majestuosas obras. “En su labor artística, Muñoz Mariño es un verdadero pionero al valorar los Patrimonios de la humanidad”, señaló Marco Antonio Rodríguez, Presidente de la Casa de la Cultura Ecuatoriana.
El 16 de diciembre del año pasado, se realizó la Selección Poética de Alfonso Murriagui, presentando  una serie de poemas con un alto valor lírico. El autor fomenta el vínculo entre la naturaleza, la poesía y la transformación social, aspectos que otorgan más valor a sus obras. Se destacan: “Con las mismas palabras”, “Pampa de oro”, “Entre las nubes y el asfalto” y “La vida y otros paisajes”.
Posteriormente, los estudiantes del Mejía asistimos a la presentación de un documental sobre Juan Bosch realizado por la Casa de la Cultura conjuntamente con la embajada de Republica Dominicana, al conmemorar el 166 aniversario de la independencia de su país.
Dicho documental narra los principales hechos de la presidencia de Bosch, el golpe de estado que lo alejó del poder, entre otros acontecimientos. El documental fue realizado con fotografías y audios propios de la época.
 El Colegio Mejía fue invitado a talleres sobre el calentamiento global y el cambio climático realizados por la Casa de la Cultura y Fundación Natura. Se llevaron a cabo los días 11 y 12 de marzo del presente año. También participaron el Colegio Concejo Provincial, Quito, Montúfar, Gonzalo Zaldumbide, entre otros.
En los talleres se trataron las principales causas y efectos del cambio climático, las posibles consecuencias del efecto invernadero en el planeta, el deterioro de la capa de ozono, la contaminación ambiental, la trata de nuestra basura, las condiciones de los botaderos de basura en el país, las mejores maneras de reciclaje y por último se realizó un plan en el que se proponía fundar un club ecológico en cada uno de los planteles.
Concurrimos al homenaje a Monseñor Alberto Luna Tobar, gran líder de las causas de la sociedad, consejero, guía espiritual  dedicado al servicio de los demás.
En el evento participaron la Orquesta del Concejo Provincial de Pichincha, los padres Fernando Vega y Germán Rodas, la Hermana Elsie Monge y el Doctor Marco Antonio Rodríguez, quienes dieron testimonio de la obra de Monseñor Luna; el cantautor ecuatoriano Jaime Guevara, la agrupación Bocapelo y la Banda de pueblo Las Nieves.
Finalmente tomó la palabra Monseñor Luna Tobar quien fue condecorado por el presidente de la Casa de la Cultura. El  estudiante Iván Ruíz, en representación del Instituto Nacional Mejía, entregó un documento que honra su labor con el pueblo ecuatoriano.

Andrés Del Hierro A.